Una buena forma de iniciar la ruta por el convento, es llegar a las siete de la mañana a misa, luego en la puerta con tu nombre escrito en el libro de visitas, las monjas comienzan a dar información.

Primero una explicación general sin ados. La vida de la monja no fue fácil. Al contrario, desde que nació vivió días duros.
Convento de Benedito

Laura Montoya nació en Jericó. Ella residió en este lugar solo dos años. Salió de la casa a causa de la violencia y se fue a Amalfi en extrema pobreza. Todo esto después de que ella se quedara huérfana de su padre que fue asesinado.

Anderson Mejía Madre Ligia

Ante la dificultad, su madre debe huir y casi regalar la casa. Para que ella y sus otros dos hermanos no mueran de hambre. Es así como inicia una vida llena de luchas para salir adelante con su sueño que logró convertirse en realidad: Evangelizar a los indígenas y negros de las regiones más aisladas del país.

Oración de Santa Laura

UNA ALIANZA, MIL MILAGROS

Hoy en día se asegura que gracias a ella, Dios obró prodigios a favor de los indígenas y por eso tuvo que hacer algunas alianzas incluso con fieras.

Placas de gratitud

Su alianza con Dios y las fieras comenzó el día en que la monja Laura se puso en oración y gracias a una visión entendió que la naturaleza debe ser considerada un segundo santuario.

Pero, ¿cómo amar a los animales que querían comérsela a ella y a sus misioneros?
Entonces Santa Laura pidió a Dios iluminación para viajar sin miedo. Es en ese momento cuando tuvo una visión. Una enorme cantidad de serpientes se levantó en señal de deificación a la creación.

Por lo tanto, le dijo a Dios que estaba muy agradecida de ver que la creación la alababa. Y ella estaba en esa tónica con él, pero entendía que ciertas bestias salvajes eran barreras infranqueables para la evangelización.
¿Por qué? porque la gente tiene miedo y no quiere arriesgarse a la selva. Así de fácil: las personas que tenían miedo a las serpientes no iban a las misiones para evangelizar. Las serpientes estaban allí, en Frontino, en Nutibara, en Dabeiba o en Murrí.
Madre Laura, a regañadientes de la jerarquía de la iglesia en ese momento. Ella fue a sus 40 años a esas comunidades para hablar de Jesús.
Capilla de Santa Laura

Viajó hasta los lugares vírgenes de la civilización de Antioquia, en la primera mitad del siglo XX. Buscando indígenas que vivieran literalmente sin Dios ni ley.

Reliquias de Santa Laura

Entonces fue lo que sintió cuando Dios le dijo: cálmate.

Más tarde, en una promesa que se mantiene durante 110 años. Si bien no matan serpientes, no causarán ningún daño. Así se pacta y así se consigue.
Restos de Santa Laura

Las lauritas han vivido en los lugares más inhóspitos de Chocó, Darién, Amazonas y nunca les han hecho nada.

Reza ante las reliquias
Esta historia que aclara sólo una de las muchas complicaciones a la hora de enviar personas a misiones indígenas. Son parte de muchas más acciones sobre la vida de sacrificio y devoción de la monja Laura Montoya, la primera y única mujer sagrada de Colombia.
Placas en lugar de milacles

Apenas tres años después de estar en medio de la selva, la curch reconoció la aprobación diocesana, eso significa que reconocieron su trabajo y misión. También su congregación tuvo su respaldo.

Placas de gratitud

Un logro importante es que si tenemos en cuenta que en ese entonces, las mujeres llamadas indígenas, negras o civilizadas en Medellín, Bogotá y Cali solo servían para tener hijos y cocinar. ¿Sí o no? Lamentablemente fue así, a juicio de la monja que acompañó la visita.

UN LUGAR PARA ACERCARSE A DIOS

El lugar en el que descansan los restos de la monja está ubicado en el barrio El Belencito de la hermosa ciudad de Medellín. Afortunadamente para los visitantes durante todo el año siempre hay el mismo clima único en el mundo porque no hay frío ni calor. No en vano los colombianos denominan a Medellín como la ciudad de la eterna primavera.

La calle que rodea el convento fue bautizada con el nombre de la monja Laura en reconocimiento a esta mujer paisa (procedente de medellín). Que tenía la misión de salvar almas y de camino, cambiar el destino de todas aquellas mujeres que encontraron un nuevo sentido a sus vidas cuando conocieron a Dios y quisieron darlo a conocer con la misma alegría y espontaneidad que lo hizo la monja Laura.

Esta mujer alegre, ingeniosa, culta y controvertida que siempre dignifica el papel de la mujer y su actuación como discípula de Jesús.

En el convento se puede llegar en taxi, bus, metro o Metrocable. Allí vive la congregación que fundó la monja Laura para servir a la evangelización de las comunidades indígenas.

Para conseguirlo, imitó las acciones, el proceder y la actuación de Santa María con quien mantuvo una relación muy íntima. Hizo “más que un recado”, según cuenta la monja Ligia durante la gira.

Por ejemplo, una vez la monja Laura le preguntó a su santa María, confiada en el cielo: “Madre bendita, solo tengo centavos y necesito ir a Roma. Pero sabes que tengo muchas necesidades y no puedo gastar ese dinero en barcos y hoteles. No tienes la necesidad que yo soporto. Así, cuando el santo papa tocó con su cabeza la almohada, le hizo sentir el gemido y el gemido de indígenas, negros y pobres ”.

Así es que confía ciegamente en la madre de su cielo, que gasta esos ahorros en ir a Dabeiba a evangelizar algunos katios Embeba.

Mes y medio el santo papa Pío X publicó una encíclica en la que narraba la tan dura situación que vivían estos grupos minoritarios.

Al igual que estas reflexiones, las Lauritas se encargan de narrar los cientos de miles de peregrinos que los visitan en busca de información, comentarios y preguntas. Sobre todo, desde que el Papa Francisco la proclamó santa en 2013.

LUGAR DE PEREGRINACIÓN

El templo que la madre de Laura construyó en el año 1940 y que fue inaugurado en el año 1944. Se conserva exactamente igual que cuando lo dejó. El año pasado se cambió el techo por motivos de seguridad porque se conservó desde su construcción. Ella diseñó el adorno de los pilares en honor a los indígenas que vivían infelices porque su cultura estaba arruinada. El recorrido no es largo, incluso se podría decir que hay pocos para caminar. No obstante, prepárate para quedarte algunas horas de pie. Mientras se hace, muy lentamente, fue leyendo unas frases que inmortalizó y además que le da consignas de enhorabuena al trabajo, la vida espiritual y la devoción. La orden fue bautizada como las Misioneras de la Caridad de Santa Catalina de Siena y todavía tiene presencia en al menos veintidós países. Todas las monjas que optaron por seguir la orden de la Madre Laura no usan maquillaje, ni joyas ni tienen lujos de ningún tipo. Sus túnicas o vestimentas son igualmente sencillas y uniformes para todos los días de la vida: falda hasta la pantorrilla hecha de tela suave y camisa de manga corta hasta el codo, media blanca y zapatos bajos negros sin altibajos. Con cabellos plateados siempre mareados y bajo una estola que cubre la cabeza. El cabello cae por su cuello hasta su altura, hermana Ligia usa un perfume que se siente ligeramente e imita el olor que expulsan unas camandulas talladas en palo de rosa. Después de caminar por unos pasillos, la hermana Ligia se detuvo junto a la estatua de su superiora: Santa Laura, la mujer que murió en 1949 y fue canonizada en 2013.

LOS MILAGROS

Existe una lista interminable de milagros que según los feligreses recibieron gracias a la intercesión de la santa Laura Montoya. El furor que despierta sus obras y milagros había sido tan exitoso que en Colombia se filma una telenovela inspirada en su vida y fue transmitida con triunfo en más de 70 países.

Una notoriedad que la monja no buscó y que nunca imaginó – dijo el guía del recorrido. Sin tipo, una popularidad difícil de describir.

Sor Ligia, acompaña la ruta por los pasillos, salas y altares todos los días de lunes a lunes hasta llegar al santuario de la iglesia, justo en el sitio de la izquierda de las reliquias de la santa donde finaliza el breve recorrido.

Entonces, su pregunta la pregunta a las personas presentes y ella también responde.

¿Qué dices del milagro del médico cuyo testimonio ayudó en la canonización de la madre Laura?

¡Ese hombre estaba drogado! No fue menos lo que se dijo. Recuerde que le diagnosticaron una perforación en el esófago y que no había forma posible de curarlo.

Los médicos del hospital, Pablo Tobón, los de san Vicente y los mismos colegios de la clínica las Américas dijeron: Carlitos eres médico y sabes que no hay nada que hacer.

Pero una noche de esas en las que sufrió dolorosamente, aseguró que una monja se presentó en la cama en medio de una crisis existencial que tenía porque era un hombre sin problemas, ni situación económica difícil, socialmente y un destacado profesional pero condenado a morir.

Su madre le hizo aplicar las unciones.

Y dijo que comenzó una gran batalla interna. Dormida, apareció una monja.

Reconoció que era la bendita Laura de la que así se hablaba en Medellín. Sin pensárselo dos veces y ante su situación quejumbrosa le pidió ayuda a la mamá de Laura para salir de la situación.

Y ella lo sacó.

Trae su testimonio en el Vaticano. La iglesia confirmó que había sido sanado y para la gloria del bien pudo asistir a la canonización de la madre Laura.

Cuando dio su testimonio en el vaticano, se le preguntó:

¿Eres creyente?
Y él respondió: No soy mi madre, sí.
¿Qué sabes de la Madre Laura? ¿Qué puede saber cualquier paisa católico? (Paisa es una persona del mismo país)

¿Conoces a las hermanas de la caridad misionera? – y él respondió: No, no lo sé.

Más tarde vino a visitarnos y desde entonces habla con la gente sobre cómo fue sanado por Dios y el favor que le hizo santa Laura. Es un hombre sencillo de corazón, muy amigable y que fue elegido por Dios para dar su testimonio en el Vaticano.