Para cualquier amante de los caballos, ¡Colombia es el país perfecto!
Habiendo montado a caballo durante unos quince años, personalmente decidí explorar esta parte de la cultura del país, que realmente aprecié.
En primer lugar, los paisajes: Colombia es un país muy variado, con macizos montañosos por un lado (las 3 cordilleras de los Andes), pero también acceso al Océano Pacífico y al Mar Caribe. También hay muchos parques naturales, la selva amazónica, así como antiguas ciudades coloniales, sin mencionar los “Llanos”, vastas llanuras donde el caballo es el rey. En la mayoría de estos lugares se conserva el entorno natural y la variedad de fauna y flora es increíble. ¡Es una experiencia maravillosa descubrir esta riqueza al ritmo de los pasos de los caballos!
Cafetales de jardín
Luego, los caballos: Descendientes de los caballos de los conquistadores españoles, la raza evolucionó gradualmente hasta convertirse en el famoso “paso Fino”, que es un caballito ágil y robusto, con aires de cuatro tiempos específicos y muy cómodos: el paso fino, (de donde toma su nombre), el paso corto y el paso largo.
Las demostraciones de elegancia y velocidad del famoso “paso fino” son populares en algunas zonas, como en la ciudad de Jardín, en el inicio de la “zona cafetera”, que se encuentra a 3 horas de Medellín en bus. Fue realmente espectacular para mí ver una ciudad entera resonar con los pasos de cien caballos, con jinetes más elegantes que otros.
Por lo tanto, encontramos en Colombia esta raza en particular, así como caballos criollos, que básicamente no son de raza “pura” sino mestizos.
El tipo de equitación es “occidental”, desarrollándose actualmente el turismo ecuestre, el caballo se utiliza más como caballo de trabajo, sobre todo en haciendas del oriente del país (los Llanos).
Tuve la oportunidad durante mi viaje a Colombia de experimentar tanto el turismo ecuestre con la escuela Nueva Lengua como el “trabajar” a caballo en un rancho ganadero, donde el caballo es verdaderamente una herramienta necesaria para las labores de la finca: recolección y conteo de rebaños, rondas de seguridad, así como para llevar a los animales de una parte a otra de la finca.
En ambos casos fue una experiencia única que recomiendo mucho, teniendo conocimientos básicos de conducción y respetando las normas básicas de seguridad (llevar una bomba)
En cuanto a las caminatas de un día o de medio día, se pueden encontrar lugares auténticos y conservados a veces muy cerca de la ciudad, como en Caldas (a 30 minutos en auto desde Medellín), donde la tradición ecuestre está muy viva, y de donde partimos, del caos de la ciudad a la calma absoluta y el frescor de la sierra para una tarde de relax en el medio de transporte más maravilloso, el caballo.
Este articulo originalmente fue escrito en Francés
Todos los artículos de este blog han sido escritos por los profesores de nuestra escuela y por estudiantes de diferentes países que viajaron a Colombia para aprender español.
“ Viaja tu también y estudia español en NUEVA LENGUA“
Síguenos en nuestras redes sociales:
VIDEOS RELACIONADOS
MEDELLÍN – GUADUAS