Todos sabemos que café y Colombia son dos palabras que no se pueden separar. Aquí el café no sólo se produce, sino que se vive y se respira a cualquier hora del día.
No obstante, aunque es común oír hablar del “café de Colombia”, en realidad esta bebida tiene muchísimas variantes y es imposible agruparlas todas bajo un solo nombre.
Colombia cuenta con una insuperable diversidad de cafés de tipo arábigo, tales como la exótica especie Geisha, o el exclusivo Bourbon rosado del Huila, un café de acidez media y notas afrutadas que se ha convertido ya en un referente mundial de alta calidad, gracias a la cual cuenta con su propia denominación de origen.
En Nueva Lengua queremos que durante su visita a Colombia nuestros estudiantes puedan comprender la complejidad y las características de las distintas variedades de café, a la vez que sean capaces de reconocerlas y, sobre todo, de disfrutarlas. Por eso entre las actividades culturales que organizamos para ellos está la cata de café, en la que probamos las distintas variantes de esta deliciosa bebida mientras aprendemos sobre sus procesos de recolección y producción.
Debido a las características particulares de los suelos y las condiciones naturales que varían en el marco de la diversidad natural colombiana, nuestro café se distingue por su suavidad y su alta calidad. Y aunque no somos el mayor productor del planeta —pues nos superan Brasil y Vietnam—, hay un elemento en nuestro café que lo hace destacarse y que va más allá de las fortuitas características climáticas de cada país: se trata del método de recolección manual. Pero, ¿por qué es importante la recolección manual?
Aquellos lugares del mundo en los que se cultiva y exporta café, la producción se hace con máquinas que toman todos los granos de la plantación entera y de allí se inician los procedimientos de lavado y tratamiento. Sin embargo, estas máquinas no discriminan entre los granos aptos y aquellos que, por causas naturales o externas, presentan fallas como inmadurez o contaminación. En cambio, la recolección manual permite un proceso de selección inteligente hecha por recolectores especializados que llevan a las plantas de producción sólo los mejores granos.
Este procedimiento descrito anteriormente se lleva a cabo en una región muy específica de Colombia: el Eje Cafetero. Allí destacan turísticamente lugares como el pueblo de Salento o el Valle del Cocora. Esta región atrae por sus increíbles montañas y las altísimas palmas que se estiran hasta el cielo. Pero sin lugar a dudas, el mayor espectáculo de los paisajes de la región son sus fincas cafeteras. Las sedes de Nueva Lengua en Medellín e Ibagué se encuentran a unas pocas horas en carro de estos imperdibles destinos, así que no dudes en ir a visitarlos durante tus fines de semana o luego de finalizado el curso de español.
Según estudios recientes, el 99% de los hogares colombianos compra café para consumo diario, lo cual demuestra que este definitivamente es un país de amantes del café. Así como nosotros, en Nueva Lengua queremos que tú también te enamores de esta bebida, por eso siempre que llegues a alguna de nuestras sedes podrás encontrarla recién preparada.
¡Ven, prueba el mejor arábigo, aprende sobre la recolección manual, y deléitate con los sabores más exclusivos del mundo mientras aprendes español en Colombia!
Escrito por la profesora Daniela Noy – Nueva Lengua Bogotá
Todos los artículos de este blog han sido escritos por los profesores de nuestra escuela y por estudiantes de diferentes países que viajaron a Colombia para aprender español.
“ Viaja tu también y estudia español en NUEVA LENGUA“
Síguenos en nuestras redes sociales:
VIDEOS RELACIONADOS
MEDELLÍN – GUADUAS