Cuando comencé a pensar en un destino de viaje, Colombia no pasó por mi mente. Más bien me imaginé haciéndome un selfie frente a Macchu Picchu y tomando fotos divertidas en el desierto de sal boliviano. Y luego una amiga me habló de Colombia: de los cuatro países que visitó en Sudamérica, Colombia era su favorito por la amabilidad de la gente. Tenía razón: ¡la fabulosa hospitalidad de los colombianos es fascinante!
Tenía planeado quedarme solo dos semanas y, sin embargo, llevo aquí dos meses y medio. Los paisajes son magníficos pero es la amabilidad real de la gente lo que me impresionó y sedujo. Aquí, la expresión “mi casa es tu casa” cobra todo su sentido; no es sólo una forma de cortesía. La gente te recibe en sus hogares con los brazos abiertos y se desviven por hacerte sentir bien. A lo largo de marzo, una amiga y su familia me hospedaron amablemente en Bogotá. Pude servirme de su nevera, pedir prestada ropa a mi amiga y a su madre e incluso me fui de vacaciones con toda la familia. En Cartagena, una amiga de una amiga me prestó su departamento cuando no me conocía y estaba de viaje en ese momento. Hoy me quedo con un amigo de un amigo e incluso si pago el alquiler, su bienvenida no podría haber sido mejor.
La misma hospitalidad existe en la escuela Nueva Lengua donde he estado estudiando español durante 3 semanas: ¡se siente bien allí, se siente como en casa!
Pero la amabilidad de los colombianos no es el único activo de este país. Parece haber un optimismo general aquí. A pesar del conflicto armado y la violencia en este país, Colombia también es conocida como la nación más feliz (según una encuesta realizada por WIN/Gallup Institute). Y es verdad que los colombianos son risueños, joviales y siempre listos para la fiesta o la rumba; el ambiente en Nueva Lengua es prueba de ello. Si tiene un temperamento bastante negativo, ¡los colombianos pueden ayudarlo a deshacerse de su pesimismo durante su estadía aquí!
Por último, pero no menos importante, el arte urbano solo vale la pena el desvío. ¡Los grafitis que adornan las paredes de Bogotá, Medellín o Cartagena son verdaderas obras de arte! En Colombia, el arte callejero no se ve como algo malo, sino que se celebra como una nueva forma de arte. ¡Así que mira hacia arriba!
Este articulo originalmente fue escrito en Francés
Por Loredana Vestemeanu
Todos los artículos de este blog han sido escritos por los profesores de nuestra escuela y por estudiantes de diferentes países que viajaron a Colombia para aprender español.
“ Viaja tu también y estudia español en NUEVA LENGUA“
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